El viernes, salía hacia Navarra con unos amigos. A 223 km de Madrid, en Ágreda recibo la llamada de mi suegra para decirme que Valentina, a la que había dejado el día antes en Almagro, Ciudad Real, había aprovechado un descuido y se había escapado a todo correr.
Valentina, es una perra nerviosa, que andaba vagabunda recorriendo el mundo entre frio y hambre, y que mi mujer tras meses de persecucion y de ganarse su confianza, consiguio coger con una jaula-trampa y la ayuda de ANAA.
Dos años despues, Valentina es uno más de la familia. Hiperactiva y desconfiada (cada vez menos). Hemos trabajado muchas horas con ella y os aseguro que es el ser más cariñoso y agradecido del mundo. Lo malo es que lo és solo conmigo. No iba a dejar que nadie más la cogiera.
Taxi inmediatamente. Vuelta a Madrid, cogemos el coche, camino de Almagro y despues de los 600km que llevabamos en el cuerpo llegamos a la 01:00 de la madrugada y recorremos el pueblo sin parar hasta las 03:00. Estoy convencido de que ella se ha refugiado en algún lugar y decidimos que hay que descansar hasta que amanezca.
No os describiré el día y medio posterior, solo os diré que el sabado ya estaba buscandola desde las 06:30 de la mañana, en cuanto amaneció y no lo deje hasta que anocheció, y el domingo igual. En coche y andando, solo y con mi mujer y el resto de la familia, con Ron....todo inutil.
Tengo miedo de que haya cogido un camino y haya caminado sin rumbo hacia el campo y se haya desorientado. Estoy practicamente convencido de que así ha sido. He dado tantas vueltas al pueblo que no me cabe en la cabeza que esté allí. Debe haberse ido lejos.
Salgo por todas las carreteras que salen de Almagro, visito Pozuelo de Calatrava, Bolaños, Valenzuela, Granatula, Moral de Calatrava. Pego carteles, hablo con la policia, pongo denuncia en la guarcia civil, hablo con el Seprona, pregunto a todo el mundo. Nada. Nadie la ha visto desde el viernes.
El domingo, cuando se corría ademas la media maraton de Almagro, esa a la que he querido ir en varias ocasiones y que nunca he podido correr por unas cosas u otras, salgo al pueblo a seguir con los carteles. Cuando aun que me quedaban bastantes, se me acaba definitivamente el celo y la cinta aislante. Recibo la llamada de mi AMIGO Fernando y ya, sin poder contenerme rompo a llorar como un niño. O como un hombre que pierde un amigo.
Salgo de nuevo con mi mujer y el coche de mi cuñado, ya que el mío decidio estropearse, para hacer más redondo el fin de semana. Volvemos a Granatula y a Valenzuela.
A la vuelta de Valenzuela, cuando ya nos dirigiamos desolados hacia casa definitivamente, mi mujer me agarra del brazo y grita. La ha visto.
Valentina. Es ella. Está dentro de una valla que rodea unas naves. Me acerco y ella viene lloriqueando hacia la valla. No puede salir de allí. Antes de que me de casi ni cuenta, Encarni está encaramada a la valla cual Spiderman y salta al otro lado. Le indico como puede hacerlo y conseguimos pasarla por arriba. La recojo, la abrazo y me siento el hombre más feliz del mundo. Me echa las patitas como un niño. Solo pienso en meterla en el coche y así lo hago. Abrazo a Encarni y cuelgo una foto en facebook, medio por el cual he estado en contacto con mucha gente que deseaba este final. Quisiera abrazarlos a todos.
CONCLUSIONES:
1.-Valentina está bien, salvo por una legión de garrapatas que hemos matado a base de golpes de spray insecticida para perros. Tiene un pequeño corte en una almohadilla en su pata delantera. Pero esta perfecta. Solo quiere estar en su camita y que la acaricie y yo también.
2.-Ron, que no había querido comer el domingo, y que había salido conmigo a buscarla hasta agotarse (llego a tumbarse sin poder más) la recibio a lametones, aunque increíblemente, también la regañó dándole golpes con la pata en la cabeza. Ojala hubiese podido grabarlo. Son increibles.
3.-Toda la familia está contenta y feliz. Yo el que más.
4.-Quiero pensar que es una lección. Hay que perseguir las cosas que quieres. Si no hubiesemos salido una y otra vez en su busca, parando apenas para probar un bocado y dormir un poco, no la tendría aquí conmigo. Fue en el último momento, pues teníamos que volver esa tarde a Madrid irremediablemente.
5.-Tengo la suerte de tener muchos amigos. Algunos son viejos en la plaza y se han comportado como siempre, por eso los llamo amigos. Otros son más recientes y se han ganado el puesto a base del cariño y el amor que nos han enviado estos días. Con su emoción y su apoyo. ¿Acaso no es eso la verdadera amistad? Otro motivo para sentirme el hombre más afortunado del mundo.
6.-Os quiero.